martes, 4 de marzo de 2014

La Guerra en el Sitio Equivocado

Los programas de control del cáncer siguen estancados, privilegiando el paradigma del tratamiento del cáncer y postergando la prevención; todos los recursos económicos e intelectuales de nuestra “Guerra contra el cáncer” están dirigidos al tratamiento de la enfermedad declarada. Después de medio siglo de más de lo mismo, el saldo no puede ser peor: el número de casos nuevos de cáncer por año aumenta; la proporción de casos con enfermedad avanzada incurable no se reduce; y la mortalidad por cáncer aumenta porque el trabajo de prevención y detección temprana es precario o nulo. En palabras de la Organización Mundial de la Salud “es urgente la necesidad de identificar, diagnosticar y tratar eficientemente el cáncer en a los países menos desarrollados…”.

El tratamiento del cáncer es costoso, y si bien los avances de la tecnología y la ciencia han aportado progreso, también es cierto que los costos de los tratamientos modernos se han elevado en una incontenible espiral, desfinanciando los precarios presupuestos de los países en vías de desarrollo. Nuestras autoridades tienen entonces que plantearse prioridades, porque si más del 50 por ciento de todos los cánceres es prevenible, la estrategia de la prevención debiera tener la prioridad porque reducirá el número de casos de cáncer invasor, mejorará los índices de curación y eliminará la lacra del cáncer avanzado.

Los epidemiólogos han sentenciado que “las mujeres y los hombres de los estratos sociales D y E tienen 2 a 3 veces más posibilidades de morir por cáncer de cuello uterino, por cáncer del estómago y por cáncer de pulmón que las personas de los estratos A y B”; el cáncer de cuello de útero y el cáncer de estómago constituyen más de 30 por ciento de todos los casos de cáncer en las regiones Loreto, Huancavelica, Ayacucho, Huánuco, Junín, lo que confirma que la pobreza y la desigualdad son los ingredientes sociales de este mal. Esta ominosa mancha en la salud de nuestra sociedad, sigue sin que alguno de los sectores responsables lo encare en su verdadera dimensión.

Un Programa Comprehensivo de Control del Cáncer en el Perú demanda un esfuerzo coordinado centralizado bajo la sombrilla de una entidad que funcione como el Instituto Nacional de Prevención del Cáncer del MINSA. Este organismo deberá crear el Registro Nacional de Cáncer en base a los Registros Regionales Poblacionales; una Red Nacional de Tamizaje para cáncer cervicouterino, mamario y prostático, y otros creando una cultura de la prevención de cáncer en el médico general. Nuestro Instituto de alta especialización del país será encargado de crear protocolos y guías de porocedimientos para el empleo racional de los recursos y procedimientos de eficacia comprobada. La supervisión y asesoramiento del trabajo especializado debiera facilitarse implementando un sistema de comunicación que permita lainterconsulta y el reporte de resultados a todos y cada uno de los profesionales de la salud del MINSA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario