Más de un millón de casos nuevos cada año, el 70 por ciento en los
hombres y mujeres de los países en vías de desarrollo; setecientas cincuenta mil muertes por cáncer de estómago, 600 mil de ellas en los países del
tercer mundo. Esta es la expresión en salud de las desigualdades económicas,
sociales y políticas entre los países. El
cáncer gástrico es la primera y desproporcionada causa de muerte
por cáncer en el Perú: tres de
las 9 mil muertes anuales por cáncer de
nuestro país se deben a cáncer gástrico, proporción muy elevada si se la compara con el 8.9 por ciento
del total de muertes por cáncer, que se
debe a cáncer gástrico en el mundo.
El Perú tiene una de las más elevadas tasas de incidencia del cáncer gástrico del mundo. En algunas regiones como Huánuco, Huancavelica, Ayacucho y
Junín el cáncer gástrico representa
un abrumador 29, 19 16 y 14 por
ciento respectivamente del total de
casos de cáncer registrados para cada región, sugiriendo que son los ciudadanos más pobres de los
países pobres las víctimas de este mal. Y, diciéndolo en otra forma: los
peruanos de los estratos socioeconómicos 3,4 y 5 tienen 2 a 3 veces más
probabilidades de morir por cáncer del estómago que los de los niveles 1 y 2.
Los países desarrollados han reducido las tasas de incidencia de cáncer
gástrico, implementando rigurosas medidas de higiene alimentaria, y curan una proporción elevada de
casos porque detectan a tiempo las lesiones superficiales del cáncer
incipiente, éste sí curable. Los
peruanos de las clases menos favorecidas
presentan frecuente y tempranamente en su vida, infección por Helicobacter en la mucosa gástrica, diana
y señal de una pobre higiene
alimentaria. Esto condiciona el proceso inflamatorio de la mucosa gástrica, que
acentuado y perpetuado por una dieta no-protectora inicia un largo proceso
puntuado por la gastritis superficial, leve,
moderada, severa, y profunda que culmina con una condición irreversible de “gastritis atrófica” o mucosa
adelgazada y disminuida en su funcionalidad.
La mucosa gástrica atrofiada sufre entonces una metaplasia, es reemplazada
por un tejido parecido a la mucosa intestinal, que es la etapa
final del prolongado drama pre-canceroso.
La tragedia de la mutación cancerosa
puede ocurrir, ahora, en cualquier momento y en cualquier punto de la
superficie de la mucosa atrofiada o metaplásica: una célula o una clona
(colonia) celular sufre una
mutación, se transforma en
cancerosa y se organiza en una lesión superficial, todavía confinada a la mucosa, respetando las capas
profundas del estómago y todavía curable… aunque no por mucho tiempo.
El epílogo es penoso: solo la cuarta parte de los 10 mil
casos que acudieron a una institución especializada entre los años 1950 y 2000, en
busca de cura para cáncer gástrico pudo
tener cirugía con intención curativa; los inoperables tuvieron sobrevidas
promedio de 3 a 5 meses. La lección está aprendida: el cáncer gástrico es curable mientras las lesiones no hayan penetrado
las capas profundas de la víscera; pero en la práctica solo uno de cada 54
pacientes se presenta con lesiones superficiales de buen pronóstico.
La detección de las lesiones
superficiales del cáncer de estómago en las poblaciones de alto riesgo debiera
ser una tarea prioritaria, si no fuera los elevados costos de infraestructura, instrumental y
especialistas que demanda. La prevención del cáncer gástrico es la
prevención de la infección por
Helicobacter pylori basada en la higiene
alimentaria, y en la
interrupción de la cascada inflamatoria con una “dieta protectora”.
Implementar
una cultura de respeto al santuario
gástrico es tarea de todos. El estómago está preparado y se defiende de
las agresiones fagocitaras del hombre
con el poderoso ácido clorhídrico y el moco protector, pero no puede resistir
la noxa reiterada del omnívoro a lo
largo de las décadas de su existencia. Una dieta saludable para la Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Harvard debe tener 50 por ciento de vegetales (verduras) y frutas, 25 por
ciento de granos integrales (arroz, fideos, pan integral); el 25% restante
debe cubrirse con proteínas del pescado, carne de ave y menestras
como frejoles, lentejas, quinua. El
consumo de carnes rojas y carnes procesadas debiera ser limitado.
Excelente Visión y llamada de atención del Egregio de la Oncología sobre una cuasi nueva "epidemia del cáncer gástrico" en el país que podría afectar a personas relativamente jóvenes . Los " enigmas geográficos" africano, Colombiano y Peruano de la relación de causalidad del HP están siendo estudiados y serán descifrados para el nihilismo por la Biología Molecular.Dijo el Dr Solidoro que a la "comida peruana rica y sana" hay que adicionar "agua limpia para todos".
ResponderEliminarAtte. Rómulo